Tras la conferencia de
Consuelo Triviño del día 28 de febrero, llevé una serie de reflexiones en
cuanto a un punto que tocó: el cómo escribía ella. Ella se definía como
caótica, escribía sin tener muy claro qué quería hacer, y cuando sí que lo tenía
claro, solían torcerse sus planes. Solía comenzar a través de un personaje, y
de este surgía la historia.
Fue algo muy interesante, y
decidí plantearme yo esta misma pregunta. ¿Cómo escribo? Tras pensarlo un poco
creo que veo el acto de escribir como un acto biologicista. Y es que, las
historias viven y como tal: nacen, evolucionan y mueren.
El escritor es consciente de
todo lo que ocurre en la obra, y "en teoría" puede controlarlo
todo, no obstante, cuando esa historia comienza, parece que todo cambia: ese texto
cobra vida y relega al escritor a un papel pasivo, como un espectador más. De
este modo verá cómo la historia evoluciona y se forma, normalmente por unos
senderos muy lejanos que los que él mismo en principio pensó; verá cómo él ya
no es quien la domina, sino que empezará a ser dominado por ella; vera cómo la
historia lo engulle y cómo aquello que él había ideado queda eclipsado
por lo que finalmente ha ocurrido. El escritor, que vivirá la historia, se
sorprenderá por algunas actitudes, por algunos hechos o por algunas acciones
inesperadas. Realmente se hará uno más en esa historia.
Para que la historia no pierda
su sentido, para que funcione, deberá ser fiel a sí misma y continuar con su evolución lógica, que se trata precisamente
de ese desarrollo inesperado que lo lleva por caminos nunca pisados. Cada texto posee su evolución lógica que es además necesaria e inevitable: intentar escapar de ella significará
matar la historia (sin ningún tipo de piedad).
Para algunos autores la
evolución lógica simplemente se basará en la verosimilitud: verá más verosímil
ese camino para ese personaje, para otros se tratará de un viaje por ellos
mismos donde sus capacidades profundas serán las que lleven el control, y para
otros posiblemente no se dé de manera consciente pero sí inconsciente.
Claro que todo esta es mi
opinión, es como yo creo que ocurren las cosas, o por lo menos como me ocurren
a mí.
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